A primera vista
parece la cobertura eficiente y espectacular al estilo de los conciertos para
televisión: muchos cortes, cámaras que vuelan, luces y movimiento. Pero, poco a poco, empiezo a ver en la
pantalla la mano de Scorsese.
Ojalá
las películas pudieran valorarse por sí, pero esto no es posible en todos los
casos. Hay que dar una explicación sobre por qué carambas importan tanto. Darle
contexto, pues.