domingo, 7 de agosto de 2011

LINDA CHRISTIAN




     Por Joaquín Peña Arana

    Los titulares repitieron, palabras más palabras menos, el mismo encabezado: “murió la primera chica Bond”. Yo me enteré de la forma más inesperada.

    El canal 24 de Tampico, Tamaulipas, Televisa del Golfo, abrió su noticiario de esa mañana con un obituario donde anunciaron la muerte de “la actriz tampiqueña Linda Christian”.  Es verdad. Nació en Tampico el 13 de noviembre de 1923 y sus padres la llamaron Blanca Rosa Welter (¿en dónde habrá nacido, en el sanatorio Alijadores, en el hospital civil de la calle Altamira, fue un parto en casa? ¿Habrá registros en alguna parte?).  

     Vida azarosa la de ella. Todo indica que no se quedó mucho tiempo en el puerto. Su padre fue ingeniero y trabajó para la empresa petrolera Shell. Su familia se mudaba constantemente de un  país a otro. Sus biografías aseguran que fue políglota y dominó el inglés, francés, alemán, español, holandés, italiano, además de algo de árabe y ruso. Se le atribuye a Errol Flynn haber creado su nombre artístico.

   Ella se convirtió en la primera Chica Bond, en 1954. Actuó en la primera adaptación de la novela Casino Royale, hecha para la televisión.  Antes, en 1948, actuó a lado de Johhny Weissmuller en la última película en que el ex atleta olímpico encarnó a Tarzán.    

    Dicen que fue más famosa por su matrimonio y divorcio con Tyrone Power. Se le relacionó con Errol flynn y el corredor español Alfonso de Portago, quien moriría –junto con su copiloto Edmund Nelson y diez personas más  – luego de estrellarse contra el público cuando corría la Mille Miglia.  En su momento, fue famosa una fotografía donde Linda y De Portago se despiden con un beso antes del accidente.

   Las dos hijas que tuvo con Power, Romina y Taryn, incursionaron en la farándula.  ¿Les suena el nombre de Ariadna Welter?, fue dirigida por Luis Buñuel en Ensayo de un Crimen y actuó en El Vampiro. Era hermana menor de Linda Christian.

   Se desconoce si alguna vez volvió a Tampico. Quizás para ella haber nacido en el puerto sólo fue casualidad. 







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