domingo, 29 de enero de 2012

DEMIÁN




Por Joaquín Peña Arana

Créanme que de haber visto en directo la nominación yo le hubiera hecho como Condorito.
Lo vi después -  no tardaron en retransmitirlo en los noticiarios - y toda la semana fue Demián Bichir para acá Demián Bichir para allá. Demiándemiándemiándemián. Y él, pues, se dejó querer.

“Who is this guy?”, dijeron en Estados Unidos. “Joder, ¿pero quién es ese tío?”, dijeron en España. Y aquí…aquí dije “en la madre”. Ahora, ya hasta lo sacan enel New York Times. Por fin  en Gringolandia se están enterando que uno de los rivales de George Clooney y Brad Pitt no es un improvisado o un accidente del destino.

La primera pregunta es ¿qué le vieron a Bichir? Será que uno ya está acostumbrado de tantos años (a veces tenemos una extraña complicidad con la gente de fama, uno va creciendo y envejeciendo con ellos). Lo recuerdo vagamente haciendo papelillos en las telenovelas de Televisa que ahora tanto parecen avergonzarle pero se me quedó trabado en el recuerdo desde Rojo Amanecer para acá. Yo no he visto la de A Better Life, ni me enteré si llegó a la cartelera aquí donde vivo, pero supongo que no tardan el ponerla, aprovechando la euforia.

¿En qué lo hemos visto? Ha sido cholo en Tijuana, marido con matrimonio en crisis, Fidel Castro, Zapata, Hidalgo, boxeador, documentalista, boliviano que quiere largarse a Estados Unidos.  Creo que no hay papel qué reprocharle. ¡Ah!, y cómo olvidarlo siendo Tomás en Sexo Pudor y Lágrimas (me vale un cacahuate que los dizque sabiondos del cine la menosprecien; su irrupción en cartelera fue un acontecimiento y un momento personal que atesoro, ¿verdad Moni y Mine?).

La onda está así: Demián Bichir no necesita del Oscar, él desde hace tiempo ya la hizo. La nominación es el fruto de todos los años en que se la ha partido. Si lo gana, se le abrirán nuevas puertas. Si no, para el resto de su vida será un “actor nominador al Oscar”. Sé que sobran quienes están echando pestes de que se le haya escogido ¡y por encima de Leonardo DiCaprio!  Bueno, a lo mejor mi opinión cambia después pero por lo pronto ¿qué daño le hace a México su nominación?

Dicen que a veces es medio mamón, que se las da analista político y ahorita de gran  impulsor de la reforma migratoria (aunque ¿por qué no aprovechar el momento?), a lo mejor siempre hace el mismo gesto de las cejitas levantadas. Pue que. Por lo pronto – y hasta que ocurra algo de imponderable y mayúscula proporción – sólo me queda algo por decir: ¡BI-CHIR! ¡BI-CHIR! ¡BI-CHIR! ¡BI-CHIR!




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