domingo, 28 de julio de 2013

VIERNES 13 (FRIDAY THE 13TH)





Por Joaquín Peña Arana


Con razón Diego insistió tanto en que la volviera a ver. Hasta me prestó el DVD.

Hay elementos en Viernes 13 que, hoy, no sólo parecen de risa sino imposibles para nuestro tiempo. ¿Una muchacha que llega caminando y por aventón a un campamento? ¡Y con pantalones ultra cortos! Hasta se ve inocente. Ahora bien, observen la película con detenimiento: fuera de la aparente austeridad del rodaje y algunos momentos en que ciertas actuaciones no parecen convincentes, ¿le encuentran fallas, defectos, desde el punto de vista de la realización? Todo está cubierto: buenos tiros de cámara, iluminación, efectos especiales (es tan importante la verosimilitud de la lluvia como la sangre que brota de las víctimas) y ¡el sonido incidental! ¿Se fijaron en eso? No sé si es milagro del DVD y la remasterización pero se nota el cuidado en los elementos sonoros. Y qué más decir de la música de Manfredini, ese “KA KA Ka ka ka” “MO MO Mo mo mo” y la música feliz de la recta final.  ¿Quieren el nombre del director? Se llama Sean S. Cunningham. No quiero dejar de mencionarlo para que sepan a quién agradecer o mentarle la madre, según sea el caso.

El Viernes 13 original será una gran decepción para los actuales seguidores de Jason. De ahí, la importancia de contar los antecedentes, contexto y conocimiento del momento histórico. Si Jason, el de la careta de hockey, es imprescindible en lo que acabó por convertirse en inagotable franquicia, en la película de 1980 su protagonismo es innecesario . Es su madre la parte medular de la historia. Sobre sus hombros recae la responsabilidad de decirnos qué y por qué el campo Cristal Lake está maldito. Betsy Palmer ya era veterana en el mundillo de la farándula cuando aceptó participar porque quería dinero para un auto nuevo. Del resto del reparto, el único que sobrevivió fue Kevin Bacon; ya ven, nada de malo tiene actuar en una de miedo y mejor aún si se vuelve clásica.

Aunque Viernes 13 fue creada por obra y gracia de la efervescencia generada por Halloween, parece colocarse en medio de un eje generacional. Entrábamos a 1980 y el cine venía de escaparse de los foros para buscar otras formas de provocar miedo: se iba al campo como Masacre en Texas y I Spit on Your Grave o a la playa como en Tiburón. Después de Halloween, Viernes 13 o Pesadilla en la Calle del Infierno, el cine de horror no tardaría en pulverizar cualquier límite.

Vi Viernes 13 allá en los ochenta, en glorioso formato Beta. En aquel entonces, sólo una película rara con sangre y algunas monas en paños menores. Aunque todavía me falta camino cinematográfico por recorrer, ahora puedo verla con otros ojos. Saborearla, pues.


Un feliz reencuentro. 



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