domingo, 18 de octubre de 2009

ESCLAVO DEL ROCANROL






   Por Joaquín Peña Arana 



   Orale mi niño


  Se le podría considerar el primer reallity del rock mexicano aunque se pueden localizar  otras virtudes en esta intromisión a la intimidad Alex, Chela y El Tri. La cámara sigue a los Lora a todas partes, nos pone en evidencia que Alex es mandilón, sí, pero que disfruta eso de ser rocker : es una forma de vida, no queda duda. Con los chavos enfermos de sida, Alex dejar de ser Alex para convertirse en Alejandro, un hombre a punto de salírsele las lágrimas, a quien le puede el dolor ajeno.  Otro momento memorable es cuando, estando en Perú, él y Chela deciden renovar sus votos matrimoniales y hablan como esposos, quitándose las máscaras. Ah, y cuando están en Machu Picchu. De piel de gallina.

El producto final del director Luis Kelly desemboca en aguas mansas luego del titánico esfuerzo realizado, dicen algunas fuentes, durante tres años.  Estrenado en el 2003, podría pasarse en este momento y no hay mucha diferencia : Alex y El Tri no evolucionan, sigue gritando lo mismo, vistiéndose igual, despidiéndose cada año. Se convirtieron en una marca.

El saldo a favor de Esclavo del Rocanrol es capturar la fuerte influencia que tiene la banda y su lider para miles en México, en Sudamérica, en las poblaciones estadounidenses con presencia hispana.  Siempre pensé que exageraba pero esta vez se puede dispensar todo juicio rigorista para citar al propio Alex cuando lo afirma : El Tri es una institución. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario