Por Joaquín Peña Arana
Hola. Ya volví. Por aquí nos veremos
de vez en cuando.
Ahora sí, entremos en materia.
No hace mucho leí un artículo acerca de los motivos por los cuales Sacha Baron Cohen quedó fuera de la producción de Bohemian Rapsody. En resumidas cuentas, quería centrarse en los detalles más sórdidos de la vida de Freddie Mercury, su homosexualidad y llenar la pantalla con escenas sexuales. El escándalo. Eso que tanto le gusta a Sacha.
Digamos que Borat se hubiera salido con
la suya. ¿Qué película hubiéramos visto? Supongo que una al estilo de
Rocketman.
Cuando Bohemian Rapsody se puso de
moda, inesperadamente, en la calle, en programas de televisión, en Internet,
hasta en la sopa, escuché a jóvenes intepretar el “¡mamaaa, uh uh uh uh!”. De
golpe, se enteraron que hubo una vez un Freddie
y una banda llamada Queen. Que el we-will-we-will rock you o el weee
are the champions que han cantado o escuchado en algún momento de sus vidas tienen como
autoría a un grupo que ya ocupaba su lugar por méritos propios en la historia
de la música rock pero, como suele pasar, a veces el tiempo y sus desatinos nos
la juega en contra.
¿Cuál es el legado de una película como
Bohemian Rapsody? En mi opinión, haber permitido que nuevas generaciones se
acercaran a Freddie y a Queen.
Volvamos con Rocketman. ¿Han visto
por ahí a jóvenes cantando Your Song o Goodbye Yellow Brick Road? ¿No les
parece que la clasificación R, las escenas sexo y un Elton John casi siempre
drogado tuvieron qué ver? Y habrá
quienes prefieran una Rocketman cruda y descarnada a una que hubiera suavizado
detalles y que en el momento de quitarse los pantalones la cámara virara a una
ventana y el resto lo dejaran a la imaginación.
Por mi parte, sigo esperando una
película que nos cuente de mejor manera la historia de Queen (porque Queen se
merece eso: su propia historia, su propia película) y otra que nos recuerde que
Elton John es el creador de algunas de las más bellas canciones de la música
rock sin dejar de contar su pasado tormentoso.
A ver si un día de estos que vaya por
la calle escuche, desde una academia de música, una vocecita infantil cantando “how
wonderful life is while you´re in the world”.
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