Por Joaquín Peña Arana
Monsi sabía de cine nacional más que cualquiera. Eso dicen quienes lo conocieron, leyeron sus crónicas, libros sobre el tema, charlaron con él, lo entrevistaron, lo escucharon en la tele o en la radio. Tuvo un programa sobre el tema, El Cine y La Crítica, en Radio UNAM.
Monsi formó parte de una generación irrepetible, esa, la que irrumpió en los sesentas. Fueron más allá de ser llanos intelectuales apantallabobos de café y se lanzaron al activismo, la militancia, el desarrollo de proyectos. Y Monsi, le entró, con textos, crónicas, guiones, pero para mí lo más curioso fue que accediera a actuar, en papelitos furris, pero relevantes.
Como En Este Pueblo No Hay Ladrones eran tantos, Monsi aparece un ratillo, nada más. Pero en Los Caifanes es otro boleto.
Hasta donde dejé este texto no encontré referencia alguna de cómo le hizo Juan Ibañez para convencerlo de interpretar al Santa Claus borrachín. Es un personaje de lo más patético, cruel, triste. Y luego la cámara no tuvo piedad, el propio Monsi sabía cómo lo iban a sacar, así, con esos acercamientos que hacen todavía más grotesca la imagen.
Yo nada más quiero recordarlo en estas dos películas por lo que son, por lo que representan y porque él está en ellas. Será que ya me serené, asumí mi luto, pero todavía me da tristeza saberlo ausente. Ya lo dijo Elena: qué vamos a hacer sin ti, Monsi.