domingo, 28 de agosto de 2011

EL TERCER HOMBRE (THE THIRD MAN)




    Por Joaquín Peña Arana


    Todavía está a debate qué tanto metió su cuchara Orson Welles. ¿Fue un director alterno o únicamente sugirió un par de cosas?  Es que, tras ver El Tercer Hombre, da la impresión de haber visto una especie de Ciudadano Kane en chiquito.   

    ¿Qué onda con El Tercer Hombre? Pues es una pieza clásica donde brillan los nombres. Ahí está Welles encabezando la lista, con Joseph Cotten, Alida Valli (aparece en los créditos únicamente como Valli), el escritor Grahan Greene y el director Carol Reed. ¿Y qué me dicen del trabajo de cámara de Robert Krasker? El Tercer Hombre no sería lo que es sin esa mirada expresionista, experimental, la dramática iluminación nocturna de una Viena de post guerra. Imágenes poderosas, profundas.  Film noir a morir.

    El Tercer Hombre fue muy popular en su momento, no pegó en algunos países europeos pero en Inglaterra y Estados Unidos fue un cañonazo. Ganó el Grand Prix de Cannes, entre otros premios. Anton Karas es el autor del la música, es posible que alguna vez haya escuchado el Harry Lime Theme (más conocido en Estados Unidos como The Third Man Theme). 

    Es curioso, a mí la música me parece fuera de lugar (no digo que es mala, subrayo: fuera de lugar) pero para los entendidos es la ideal e imprescindible para este filme. Así son los choques generacionales.

    El Tercer Hombre habla de la amistad. Suena cursi pero de eso se trata: la muerte de Harry Lime es el motor que impulsa a Holly Martins a quedarse en Viena y buscar la verdad. Pero, ah, cómo duele a veces encontrarla.

   ¿Y ustedes están seguros de conocer bien a sus amistades? Yo, a veces, me pregunto qué le pasó a esa persona en la que confiaba tanto.




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