domingo, 23 de febrero de 2025

EMILIA PÉREZ

 



     Por Joaquín Peña Arana


 

     Ya la vi. Ya puedo opinar.

     A PARTIR DE AQUÍ VIENEN UN MONTÓN DE ESPÓILERS.

     Vi Emilia Pérez haciendo a un lado la tormenta mediática y de redes sociales en que se ha convertido los meses recientes.

     Es cierto, el acento de Zoe Saldaña se siente raro, desde un principio. No mexicano. Pero más adelante, así como por accidente, el personaje menciona que es de Veracruz, bueno, que nació en República  Dominicana. Asunto explicado.

     Es cierto, por más esfuerzos que hace, Selena Gomez no puede evitar el acento y no habla español con fluidez. Pero, más adelante, el personaje habla en español con algo de inglés. Luego, entonces, se explica que no es mexicana mexicana, sino mexicoestadounidense. Asunto explicado.

     Aparecen unos mariachis con lucecitas en un principio. Y no vuelven a aparecer. El resto de la película, así a simple vista, no parece estereotipada ni parodia lo mexicano. El tratamiento a  los personajes del narco, la ambientación de calles o barrios, los personajes secundarios, extras, escenarios, locaciones, etc. etc., no distan de lo que se puede ver en cuanta película mexicana, filmada en México, con dirección mexicana, con casting mexicano, musicalización mexicana, etc. etc., se haya realizado en años recientes o no tan recientes. Vamos, no se nota que hay partes de la película que no fueron filmadas en México. Hasta el detalle de la perifoneadora para abrir y cerrar la película se cuidó.

     Y ya que hablo de Karla Sofía…¿cuál es el problema? Saca bien ambos personajes. Zoe también el suyo. Adriana Paz (quien interpreta a Epifanía), también. La única que se siente como en miscasting o fuera de lugar es Selena Gomez pero, bueno, otras personas, en particular quienes tienen a su cargo las nominaciones, tienen otra opinión.

    ¿El tema del narco, de las muertes, las personas desaparecidas, en un musical? ¿Son trivializados estos temas? No. Al contrario. No aparece Zoe Saldaña riéndose y con sonrisas. Y el asunto de la redención de una persona, que dejó atrás su vida narca para convertirse en la cabeza de un movimiento de apoyo para la localización de los cuerpos, me hace un poco de ruido, pero no frenó la fluidez de la historia ni mi interés en ella.

     Mientras veía esa parte de la película me pregunté ¿qué opinarán las madres, las familias, de personas desaparecidas? ¿Rechazarían la película? ¿O desearían que hubiera, en la vida real, una persona dispuesta a financiar una ONG para hacer lo que nadie, ni los gobiernos, ni la gente que se la pasa en redes sociales, tienen la capacidad (o el interés genuino) de hacer?

    En fin. Pude ver Emilia Pérez de principio a fin. No tuve problemas con eso.

 

 


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