“La única forma de ser libre”
La primera pregunta que debió sortear el director Eric Steel es ¿ya que estás ahí, con camarógrafos apuntando al Golden Gate en busca de suicidas, por qué no tomas un teléfono y llamas a alguien para que lo evite? Pero Steel decidió que su objetivo no era intervenir sino atestiguar. El documental fue hecho con toda la mano. El trabajo estético de Peter McCandless ofrece belleza y plasticidad a un tema de por sí desgarrador. Si quien escoge la muerte es un hombre de cuero negro o una chava de aspecto indi pensaríamos “claro, son inadaptados”, pero entonces ¿qué pasaba por la mente del hombre de edad madura, vestido como si acabara de jugar golf, que se lanzó sin pensarlo dos veces?
Esta es la otra parte que equilibra el trabajo de Eric Steel. Hay que tener la sangre muy fría ( qué huevos, diría alguien) para buscar a los parientes y/o amigos de un suicida y decirles “sé que su pena es muy profunda pero me gustaría entrevistarlos para que me platiquen sobre qué sienten”. Cuántas mentadas de madre se habrá llevado, pero algunos accedieron y charlan con naturalidad no exenta de dolor. ¿Todo es muerte?,no necesariamente, hay las voces de quienes siguen con vida. El ritmo del ensamblaje de las historias nos va adentrando paulatinamente hasta llegar a “la estrella” del documental, Gene Sprague, famoso por haber escogido morir. Si hubiera esperado unas horas podría haberse convertido en un gerente, un empresario, no en una estadística.
The Bridge es una película dura pero no deja de ser un sobresaliente documental. Podría ser hasta una voz de alarma para quien sepa leer más allá de lo que la imagen cuenta.
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