lunes, 9 de agosto de 2010

GREGG TOLAND





   Por Joaquín Peña Arana  

    Sí, de acuerdo, El Ciudadano Kane es la obra maestra de la cinematografía,  ocupa desde hace más de 40 años el número 1 de la lista de Sight & Sound y Orson Welles se consagró prematuramente con esta película.  Pero sigo teniendo algunas dudas.

Welles tenía 27 o 28 años cuando inició la filmación.  Ya era un genio creador en los circuitos del teatro neoyorquino y había aterrorizado a miles con su versión radial de La Guerra de Los Mundos. Pero ¿qué sabía de hacer películas? Sí, el cine como género para contar historias toma aspectos medulares  del teatro pero ¿saber manejar una lente, iluminar, jugar con las imágenes?  Aquí es donde entra el director de cámara Gregg Toland.

Toland ya era Toland en el cine hollywoodense cuando se acercó a Welles para pedirle lo incluyera en la filmación de El Ciudadano Kane.  No queda duda que la labor colaborativa entre ambos permitió delinear la estética de El Ciudadano. Pero insisto: Welles no era hombre de cine.  ¿De verdad aprendió el lenguaje cinematográfico en cosas de meses? Y sí se puede, claro que se puede, pero ¿a partir de eso crear una obra maestra?

Es que a veces me pregunto si en verdad Welles le decía a Toland qué hacer o si Toland simplemente se dedicó a resolverle sus broncas al joven director. “¿Qué quieres, Orson, que se vea entrar a Kane al cuarto, su esposa en la cama y la medicina en primer plano, todo en un solo encuadre? No hay bronca, le pongo un angular, ¿cómo ves?”.  De hecho, falta revisar su obra previa al Ciudadano Kane. Algunos creen ver en películas como Cumbres Borrascosas, Las Uvas de la Ira y Hombres Intrépidos los “avances cinematográficos” que se le atribuyen exclusivamente al Ciudadano: uso del angular, planos bajísimos hasta el suelo, uso del contraste, composición. 

No pretendo restarle mérito a Welles pero sí abrir el espacio para el reconocimiento de otras personas que ayudaron a construir su leyenda en el cine.  Ya han elevado a las alturas al guionista Mankiewicz. Es tiempo que se sume el mérito indiscutible de Gregg Toland.

1 comentario:

  1. Lea usted el bien documentado y relativamente poco hagiográfico "The Making of Citizen Kane" de Robert L. Carringer si no lo ha hecho. Sus preguntas quedarán respondidas.

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