domingo, 11 de noviembre de 2012

EL MODERNO BARBA AZUL (BOOM IN THE MOON)






Por Joaquín Peña Arana


La vi hace mucho, en la tele, en una de esas que, por azar, transmiten una película de la época dorada del cine mexicano.

En ese entonces la película me pareció promedio. Ni mala ni buena, sólo del mismo tipo que otras semejantes. Lo que me sorprendió, y mucho, fue ese extraño gringo haciendo cosas que no eran habituales en nuestra cinematografía, desprovista de comedia física. Tan sólo el brinco ese que da en la parte final de la película, cuando quiere evadir a su “esposa mexicana”, lo tengo bien marcado en la memoria.  Jamás había escuchado de Buster Keaton.

En esos tiempos, los años setenta y ochenta, estaba ya no en chino sino en esperanto acceder a buen cine o a datos sobre historia de la cinematografía.  Ocurrió la llegada, a la ciudad porteña de mi nacimiento, de un canal de gobierno con algo de contenido cultural. Por ahí, aparecieron las primeras películas de Buster Keaton que recuerdo haber visto. Para la recta final del ochenta los clubes de video (glorioso formato beta) eran una realidad.. Entre tanta cosa, se lograron colar películas clásicas (debo mencionar que en la universidad me fueron facilitadas algunas.   Recuerdo haber visto El Maquinista de la General y El Nacimiento de una Nación en la comodidad de mi casa).

Hasta ahora me entero que, para los conocedores de Buster Keaton,  filmar en México y hacer El Moderno Barba Azul fue el punto más bajo de su carrera. Lo peor (no sé si la película en sí o el hecho de filmar en nuestro país). Para otros, en especial para la opinión mexicana, no es tan terrible el caso.  Están quienes lo ven como una curiosidad (y en verdad lo es: Buster Keaton en México. Decadente y con su carrera cuesta abajo, pero no dejaba de ser Keaton); para otros, un documento donde el comediante conservó la genialidad de sus días de gloria.

Ver El Moderno Barba Azul no es perder el tiempo. Es una película entretenida, algo bizarra en su argumento, pero por buenas actuaciones no paramos. Cuándo hemos visto a Ángel Garasa, Fernando Soto “Mantequilla” o Virginia Serret chafear re gacho. Es más, para mí, Garasa estuvo a la altura de su monumental coprotagonista.  Y punto. 


1 comentario:

  1. Mi querido Joaquín:
    Perdona si apenas es éste mi primer comentario, siempre leo tus artículos y me identifico contigo porque también soy cinéfilo por inclinación natural. Ví lo mejor de Buster Keaton en un extraño canal de VHF a principios de los setenta, extraño para un tampiqueño que apenas si podía ver el canal 7 y el 2 de México; gracias a eso pude ver desde Intolerancia y El Nacimiento de Una Nación hasta las últimas películas mudas, nada de churros sólo obras maestras, el programa se llamaba The Silent Years. Cierto que cuando ví la de El Moderno Barba Azul (en el 7 y muchísimos años después) no pude menos que sonreir, Keaton hacía lo mejor que podía, si mal no recuerdo había una muy peculiar escena donde don Angel Garasa (españolísimo) le enseñaba a Buster como comerse un taco... Y coincido contigo, Garasa se codeó muy bien con Keaton, que por accidente estaba en esa película, luego supe que fué la única que produjo Sir Alexander Salkind con su nombre antes de asociarse con su hijo. Los comentarios adversos de los críticos gringos, si bien han de ser justificados seguramente también están algo influenciados por el hecho del desconocimiento del idioma y la deschavetada mentalidad mexicana de la época respecto a las películas de "ciencia ficción". Saludos afectuosos...

    Horacio

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