sábado, 18 de mayo de 2013

DJANGO SIN CADENAS (DJANGO UNCHAINED)





DJANGO SIN CADENAS (DJANGO UNCHAINED)

Por Joaquín Peña Arana 


Perdón, pero no sé de qué se espantan. Desde el principio, Tarantino deja en claro cuál será el eje conductor de su película.  

El spaghetti western pertenece a un periodo cinematográfico muy definido.  Auge en los sesentas y caída a final de los setentas, más o menos. Características de los personajes, música, tipografía de los títulos, con verlo o escucharlo  uno dice "ah, es (o suena) como spaguetti western". No tiene pierde. Sergio Leone, el director más famoso.

Django Sin Cadenas se llama Django porque hubo otro Django, el de 1966. Por lo visto, un clásico reverenciado. Franco Nero sale en el Django de Tarantino porque fue el que protagonizó la original. La música de Morricone aparece porque es Morricone. Qué otra explicación hay. Es como Kill Bill. Para los entendidos es todo un homenaje a las películas de artes marciales. Para los neófitos, es sólo una película de acción con una flaca pelos de elote que pelea muy bien.

Con todos estos antecedentes, si Tarantino se ocupa del spaghetti western tenía que brotar, como consecuencia, una película plagada de los esterotipos característicos del subgénero sazonada con hiperviolencia, sangre y nigger por aquí, nigger por allá, nigger nigger nigger. Y mucho diálogo, bla bla bla bla bla bla bla. 

Pero, hey, Tarantino deja muy en claro lo que piensa de la esclavitud. ¿Burla, cuál burla? La esclavitud es retratada con la crudeza de lo que es: hacer de una persona un objeto al cual explotar, sin futuro, sin dignidad. Dicen que Tarantino tuvo algunas inexactitudes históricas. Puede ser. Pero cuando muestra a una persona con latigazos en la espalda,encerrada en un hoyo o destrozada por los perros, nos lo dice en directo.  

Que Spike Lee dijo, muy digno, que no la iba a ver porque "la esclavitud en Estados Unidos no es un spaghetti western" pues, la verdad, me tiene sin cuidado. Sí, tiene sus puntos flacos, quizás se pudo suprimir tanta verborrea o algunas escenas que no venían al caso, pero yo no me quejo. Django Sin Cadenas es una película de venganza, redención, sacrificio. Hay varias lecturas y ángulos. Para mí, sus 165 minutos valieron la pena. 

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