domingo, 17 de noviembre de 2013

MIRADAS MÚLTIPLES, LA MÁQUINA LOCA




Por Joaquín Peña Arana


Por lo visto, soy yo el que está mal.

Para escribir esta opinión me aventé un chapuzón a cuanta opinión logré encontrar sobre este documental de Emilio Mallé. ¿Que quién carambas es Emilio Mallé? Un director mexicano que estudió letras francesas y cine en París, ha dirigido varios documentales y también una película de ficción, Rosario Tijeras. También ha dirigido episodios de las series mexicanas YX y Los Minondo.

Pero yo de eso nada sabía - o no me acordaba -  cuando entré a la sala, atraído por la promesa de un documental que nos haría caer de hinojos ante la monumental figura de Gabriel Figueroa. ¿Quién carambas es Gabriel Figueroa? El director de cámara predilecto del Indio Fernández (20 películas) y también de Luis Buñuel (siete películas), además de trabajar con John Ford y John Huston. A Figueroa se le debe la estética poderosa, bella, magistral, plástica, que caracteriza la llamada Época de Oro del cine mexicano. Es el mero mero de la lente, el único, el insustituible. El amo de pintar con luz y sombra el lienzo del cine nacional.

Emilio Mallé le rinde homenaje ofreciendo un documental que mezcla imágenes de algunas de sus más notables películas con las opiniones que, sobre Figueroa, expresan 29 cinefotógrafos que representan periodos a veces muy distantes pero unidos por el amor al cine. Confieso que si una lección me ofrece el documental de Mallé es detenerme a conocer más los nombres y el trabajo de quienes se encargan de la cámara. Un gran acierto del documental es presentar a cada cinefotógrafo al final, con nombre, películas representativas y directores. “Ay buey, ese trabajó con Kurosawa, no inventes…y ese con Fellini, y ese con Ford Coppola” y brotan Spielberg, Almodóvar, Antonioni, Woody Allen, Lars Von Trier y mejor aquí le paro.

Fuera de eso…no sé. Siento que hay desorden. Sí, hay mucha maravilla de ver en pantalla grande las imágenes de Figueroa pero los audios escogidos de cada participante...no sé. Es un gran esfuerzo reunirlos. No demerito eso. El asunto es que no pude sentir equilibrio de imágenes con entrevistas. Más de una vez me pareció que la música no correspondía al vibrante momento plasmado en pantalla. A veces, sentí que las opiniones no me estaban diciendo algo sustancioso.  Sí, son ellos, los que saben, los hombres de la cámara, y vale lo que digan, hay frases valiosas. Debe haberlas.


Por eso digo: el que está mal soy yo. Las opiniones que leí, unidas en elogios. Quizás necesito verla una, dos, cinco veces. Aprender más sobre cine. Con el tiempo, quizás, escriba algo totalmente diferente o, mejor aún, por fin logre dar el salto detrás de la pantalla. Con el tiempo. 



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