Por
Joaquín Peña Arana
¿Infructuoso
intento de carta de amor al cine?
O
quizás humor tan avanzado, tan intelectual, tan pensante, que rebasa los
sentidos del espectador común y corriente, el cual no entenderá esta
impresionante obra cinematográfica de la comedia inteligente mexicana.
Pero,
hey, no desmerezco la fe que le pusieron para crear la película. Al contrario.
Podemos decir que el cine nacional le apuesta fuerte cuando quiere. El diseño
de producción del Crimen del Cácaro Gumaro no se anduvo con chiquiterías. Y el
elenco, aijosú, es un elencazo (por cierto, después de tantos años, el debut de
Andrés Bustamante en cine, qué cosas. Y
ya que estoy en el tema: ¿no les parece que Carlos Corona no era para el
papel?). Pero el resto…qué caray.
Claro,
la película es y será adorada por quienes aman la crítica política, la
militancia izquierdista/izquierdoide, los lectores de La Jornada, Proceso o
Emeequis, los fans del Güiri Güiri y un largo etcétera. Contra lo que piensan
los creadores de El Crimen del Cácaro Gumaro, no todos conocen al greñudo
crítico de cine, no todos se la pasan en Internet y saben lo de los celulares
que hacen explotar palomitas, no todos conocen a esos tipos cuarentones que se
avientan un diálogo que nada tiene que ver con la trama. Sí, esos, uno de ellos
se pone unos lentes de estrellas. Jis y Trino. Ah, ahora sí te parece graciosa
la escena, verdad.
Como
quiera, película la ya hizo. ¿Cuántos contraculturales habrá en el país? Me
refiero a los que son o se consideran de pensamiento avanzado, vanguardia, se
la pasan en protestas, marchas, se saltan el pago del Metro, más los que leen
La Jornada, los de Morena, el PRD, y súmele a quienes están por ahí con gustos
afines pero en otros rincones. A que sí recuperan la taquilla.
Y
fíjense cómo da vueltas la vida. Aparecen gente del cine y la tele que, en otro
tiempo, jamás se les habría incluido en un proyecto así. Ni se los menciono
porque, si la película les parece tan insulsa como a mí, al menos que el factor
sorpresa les sirva de algo. Ah, eso sí, no sé cómo apareció Juanito. Es el gran
monstruo creado por el Dr. López Obrador. ¿Muestra de que hay que ser
incluyentes? Pué qué.
¿Infructuoso
intento de carta de amor al cine? Definitivamente no. Desde el director Emilio
Portes hasta el último de la fila se les siente el amor que le tienen. Y en eso
coincidimos.
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