domingo, 16 de agosto de 2015

DEL CREPÚSCULO AL AMANECER (FROM DUSK TILL DAWN)




Por Joaquín Peña Arana

Hasta antes del baile de Salma es una película que intenta imitar el universo Tarantino. De ahí en adelante es un pastiche de esos que caracterizan a Robert Rodríguez.
No discuto las aptitudes de Rodríguez como realizador. Tiene talento para eso, vamos, sabe cómo armar una película.  De eso a considerarlo clásico o de culto, pues, al menos no en este lado del mundo aunque sé que hay otra dimensión donde lo consideran genio. En el caso que nos ocupa, pues más puedo decir.  Por mí le paraba en este instante pero hay tres cuartos de cuartilla que llenar.

Cuando arranca, Del Crepúsculo al Amanecer atrae con su planteamiento inicial: dos hermanos delincuentes que van dejando una racha de sangre y muerte y que, mientras huyen a México, secuestran a una familia encabezada por un pastor en crisis existencial.  Nos lo van contando bien sin prisas ni a la fuerza. Quizás uno que otro momento, ¿es necesario explicar por qué el pastor perdió su fe?, aunque tampoco hay que saber todo: qué van a hacer, por qué uno de sus hijos tiene rasgos orientales, qué significan los tatuajes de George Clooney. En fin.

Llegamos al maldito bar de carretera y ahí se empieza a gestar la metamorfosis de una película de Tarantino a una de Rodríguez, cuya esencia es la imitación burlesca de lo que el cineasta tex-mex considera “mexicano”.  ¿Cómo va la canción que canta el grupo del bar? (el de rock vestido de mariachi. Me acordé de Botellita de Jerez). Mmm. Algo así como “ahí va la cucaracha… fumando marihuana”. Todavía se medio salva el asunto hasta el orgásmico baile de Salma (yo quería estar en el lugar de Tarantino en ese momento), fue loable demostrar que para obtener el efecto no tuvo que salir encuerada. Y, de pronto, los vampiros. Y a la película se fue a la fregada.

Si se trata de pasar el rato con una de monstruos y espectros, Del Crepúsculo al Amanecer está bien. A Rodríguez le ha ido de maravilla con eso: saga, series, mercadotecnia, juegos de video. Hay a quienes la consideran un clásico. También hay quienes creen que la película esa de Jesucristo: Cazador de Vampiros es cine de primer nivel. 


“Te la estás tomando muy en serio, Joaquín”. Bueno, está bien, me voy a relajar. A ver entonces las de Rodríguez: cine para no tomarse en serio. 



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