domingo, 13 de septiembre de 2015

Y NO SE LO TRAGÓ LA TIERRA (AND THE EARTH DID NOT SWALLOW HIM)




Por Joaquín Peña Arana

En México decir “migrantes”  es pensar en nuestros connacionales que se van a Estados Unidos sin documentos, logran trabajar por años y consiguen el éxito económico que tanto ansían o, por el contrario,  viven bajo la explotación no sólo de gringos sino – peor – de los hispanos (como denominan a todo aquel que hable español). En Estados Unidos, se aplica para familias méxico-estadounidenses (no necesariamente de primera generación) que viven dentro del país y viajan por temporadas de un lugar a otro para trabajar en el campo. Cuando vi Y no se lo Tragó la Tierra me desconcertó un poco porque desconocía ese dato. Pero vamos por partes.

Y no se lo Tragó la Tierra es una novela - o una colección de cuentos, todo depende de quien haga la reseña- del escritor chicano Tomás Rivera, publicada en 1971. Severo Pérez la convirtió en película en 1995 con notable éxito en festivales pero poca circulación. Es la historia de Marcos, un muchacho de 12 años. De la mano de sus recuerdos viajamos a los años cincuenta, una época rememorada con nostalgia y dureza, una familia entrañable y el sudor de jornadas interminables en los campos.  Y no se lo Tragó la Tierra no requiere de concesiones: realización, actuaciones, ritmo, continuidad narrativa. Todo en su lugar.  

Lo admito: no he visto mucho cine chicano, sólo lo habitual: Zoo Suit, Luis Valdés, Edward James Olmos, La Bamba y lo que había que ver en su momento porque era obligado. De literatura tuve mis acercamientos pero después de leer La Casa en Mango Street no me volvieron a quedar ganas. Y, ojo, cuando vi Y No se lo Tragó la Tierra nada sabía de Tomás Rivera. La vi así nada más, como una película.  Sin mayor contexto. Por eso la recuerdo como la película chicana más sincera que he visto: nada de que los gringos son malos y lo chicanos buenos, honestos e incapaces de ir contra su gente. A como la recuerdo, hay un chicano que estafa a la familia, una chicana que se casa valiéndole wilson el suicidio de su pretendiente y el gringo está arrepentido de haber asesinado al niño.

Quizás necesite leer la obra completa;  sólo he tenido acceso a un par de cuentos. Ah, y ver otra vez la película pero ¿dónde? Por lo que pude indagar es celebrada como clásico chicano pero no aparece.  Me pregunto si George López, Cheech Marín, María Conchita Alonso o Jorge Ramos la habrán visto alguna vez. A lo mejor ya se volvió de culto.


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