sábado, 17 de junio de 2017

ANOMALISA




Por Joaquín Peña Arana



La sensación es deprimente, sí, por la historia pero, en lo profundo de la reflexión, por ese sentimiento de no haber visto una película, sino un espejo.

Qué bueno que a ustedes no les pasa esa sensación. Seguro cuando vean Anomalisa les parecerá una historia aburrida y ajena a sus vidas. Pero si abren un poco los sentidos irán dando el paso a paso a este atisbo a la monotonía y el hastío en el día a día, la hora a hora, de millones de personas que se sienten atrapadas en un laberinto donde todas las paredes se parecen, como le ocurre a Michael Stone con la gente. Aunque viaje, aunque tenga éxito con su libro de cómo triunfar en el trabajo, aunque se hospede en un hotelazo de cinco estrellas, aunque esté casado y con hijo, nada basta.

Hay un vacío, enorme, imposible de llenar. Por eso esas vueltas al pasado, a intentar recuperar los mendrugos de una dolorosa ruptura (provocada por él) y en donde, torpemente, vuelve a regarla (¿les ha pasado alguna vez?).  Un tipo que ve a todo el mundo con el mismo rostro (¿les has pasado alguna vez?), escucha a todo el mundo con las mismas voces (¿les ha pasado alguna vez?). Quizás lo de los rostros toma tiempo darse cuenta pero ¿las voces? Desconcierta en un principio pero tiene su razón de ser. Por eso el paso a paso para ir recorriendo la historia. Quédese hasta el último.

Charlie Kaufman. El gran Charlie Kaufman. ¿Qué le pongo? ¿Imaginación desbordante, genio, analista de la vida común, fabulista de nuestro tiempo (yo todavía sido agradecido por lo de Eterno Resplandor de una Mente sin Recuerdos)? Le interesa mucho el tema de las relaciones humanas, sus conflictos, contradicciones, desdichas, patetismo.  Lo de hacerlo con stop motion, sí, fue muy original, pero el resultado es tan o más bueno que con actores de carne y hueso (¿nos podremos quitar de la cabeza las escenas en la habitación de Stone?). Una buena historia, aunque deprimente, puede contarse así. 

¿Entonces, somos un poquito o un todo como Michael Stone? ¿Qué tanta desesperación tendremos en la vida por tropezarnos con nuestra Anomalisa, amarla, idealizarla?  Y qué tan frágiles e ingenuos podemos ser en nuestras decisiones en la vida como para desencantarnos en cosa de un par de masticaciones matutinas. Yo ya sé de eso.

  Ah, y Joaquín, no olvides mencionar a Duke Johnson. Él también la dirigió. 






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