Por Joaquín Peña Arana
Todos tenemos secretos. Todos.
Almodóvar no es fácil ni complaciente. Claro, tampoco es infalible. Tiene una fijación tremenda por contarnos historias sobre pasiones humanas sin contemplaciones pero podría decir que, desde Tacones Lejanos para acá, su cine fue evolucionando, madurando pues. Él mismo ha dicho acerca de Los Abrazos Rotos que no busca autohomenajearse con las referencias que hace de su propio estilo pero ahí está, irremediablemente reconocible. Almodóvar asegura que la historia surgió de esa foto, tomada por él, la de la pareja que se abraza en el fondo de la arena negra. ¿Qué habrán pensando, ahora que saben que inspiraron un filme Almodóvar?
La pareja de Los Abrazos Rotos, Lena y Mateo, buscan en esa playa oscura alejarse de todo lo que les atormenta, incluyendo el suplicio del secreto, aunque quién no ha buscado eso : alejarse un momento del mundo, estar únicamente en compañía de la persona amada. La realidad,por dolorosa que sea, vendrá después.
Penélope repite otra vez, y nuevamente está magnífica. Luís Homar como Mateo primero/Harry después y Blanca Portillo, José Luis Gómez, Rubén Ochandiano, Tamar Novas, son el elenco apropiado en esta especie de film noir de amores y secretos, evocación a los hacedores del cine, nostalgia ochentera, calor de amor, rupturas, expiación de culpas. He leído que los que saben no consideran a Los Abrazos Rotos la mejor película de Almodóvar. No importa. Es una gran historia espléndidamente narrada. Mateo, al final, le asiente la totalidad de la razón.
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