lunes, 19 de abril de 2010

EL ARIEL, EL ARIEL PA QUÉ



     Por Joaquín Peña Arana


    ¿Qué hacemos con nuestro cine?

  Si un día entramos a la casa de alguien y descubrimos que tiene un Oscar en su librero es muy probable que nos vayamos de espaldas. Pero si en vez de eso tiene como cinco o diez Arieles, no pocos pensarán que los compró en un tianguis o que los utiliza como pisapapeles. Nos importa tan poco lo del Ariel, ni cuenta me di que la entrega fue el miércoles. Cuando el sábado estaba viendo la retransmisión pensé que era en directo. 

  La constante de esa noche fue celebrar pero también cuestionarse ¿qué hacemos con nuestro cine? ¿Cómo llevamos a la gente a ver cine mexicano?  Menudo dilema.

  Pienso que ya no es necesaria otra ley de cinematografía. La estrategia debe ser otra.  No se puede amar por decreto, luego entonces, no podemos obligar a la gente a ver cine mexicano porque así se legisló y aprobó.  ¿Una sala dedicada exclusivamente al cine nacional en cada complejo?  ¿Y las compañías que sólo tienen dos salas o cuatro o seis? ¿No es mejor que una película mexicana comparta la cartelera por derecho propio con cualquier gringada que le pongan?

  Lo que sí comprobé y no me queda duda: quienes estuvieron en la Quincuagésima Segunda entrega del Ariel AMAN al cine. Son gente de cine. Ese amor se les desbordaba, se sentía el gusto y orgullo por tener un Ariel en sus manos.  Y quieren ver nuestro cine en mejores circunstancias. 

   Mariana Chenillo, Asur Zágada, Angélica Peláez, José Sefami, Javier Garza Yáñez, Martín Borge, Everardo González, Mario Zarazúa, Alfredo Mora, Gloria Carrasco, Lizette Ponce, Roque Azcuaga, David Pablos, Juan José Medina, son apenas un puñado de nombres. No los perdamos de vista. Ah, no quiero dejarlo pasar: Felipe Cazals, merecidísimo su Ariel de Oro. Le debemos más.




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