domingo, 24 de octubre de 2010

ALEJANDRO/ALEJANDRO MAGNO





     Por Joaquín Peña Arana

     Desde que deslumbró con Salvador, Pelotón, Wall Street y JFK, los proyectos de Oliver Stone no han cuajado del todo, llevándolo o a crear falsas expectativas o incluso el menosprecio.  Alejandro Magno (o Alejandro o Alexander, como también se le conoce) es su primera película épica. Dicen los que saben que, desde muy joven, Stone sentía la fascinación por el conquistador macedonio y anhelaba hacer una película.  Ahora que lo logró, no sabemos exactamente qué tipo de historia nos quiso contar.

   Sus defensores alegan que a quienes no les gusta esta obra son una bola de ignorantes que no alcanzan a apreciar la profundidad del análisis freudiano y las evocaciones onírico-metafóricas del cineasta porque bla bla bla bla bla y está bien, ya sabemos que si se trata de Oliver Stone lo que menos esperamos es convencionalismo pero el producto final no cuaja. Simplemente no cuaja.

Entiendo que, en lo general, no hay reproches a la escrupulosa recreación histórica realizada por Stone y su equipo.Algunas fuentes aseguran que la homosexualidad, en esa época, era cosa aceptada por la sociedad, qué bien, pero la forma en que Stone plasma esos rasgos de la personalidad de Alejandro Magno se acercan más a lo caricaturesco que a planteamientos sobrios y contundentes. ¿En qué momento se le ocurrió que Corin Farrell era el idóneo para el papel? Durante toda la cinta si no tiene cara de asustado está hecho un orate blandiendo la espada y decapitando rivales.  Es posible que la juventud de Alejandro Magno lo llevara a comportarse como un idiota en las fiestas o en sus relaciones personales pero, entonces ¿cómo fue posible que alguien así pudiera al mismo tiempo conquistar territorios y expandir un imperio?

A Jared Leto le critican su inexpresividad, bueno, desde mi perspectiva su personaje así era, no hay que exigirle demasiado. Anthony Hopkins es simplemente Anhony Hopkins, pongámosle traje y corbata y parece estar dictando una cátedra. Val Kilmer está irreconocible no sólo debajo de la caracterización sino como actor, el papel pudo haber sido de cualquier otro. Sí, Angelina Jolie se ve muy joven para ser la mamá de Alejandro Magno pero se desempeña bien en el papel, no está en miscasting como parece ser la constante con Farrell.

Este año, Oliver Stone vuelve con la continuación de Wall Street.  ¿Es un mal presagio, la necesidad de retomar el pasado para continuar presente?



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