domingo, 12 de diciembre de 2010

¿LINCHAR AL NEGRO? NI QUE FUERA PARA TANTO



  

    Por Joaquín Peña Arana                    

  Quizás el gran problema de Biutiful podría ser que aparece firmada por González Iñárritu. La expectativa alrededor de su primera película post-ruptura con Guillermo Arriaga fue muy elevada y por lo visto demasiados salieron altamente decepcionados de la sala. No fue mi caso. 
 Esta vez González Iñárritu se olvidó de laberintos y rompecabezas para contar su historia de forma lineal. ¿Ese es el problema? Esta vez el peso específico se concentró en Uxbal (Javier Bardem) y no entrecruzar historias y personajes ¿Ese es el problema? Ahora le dio por meter elementos paranormales. ¿Ese es el problema? Si otro fuera el nombre del director habría pasado por alegorías psicomágicas y demás justificaciones.

¿Le faltó, como dicen tanto, su ex mancuerna Arriaga para lograr una película más redonda, sustentada, relevante? No me parece.

¿Las películas post-ruptura de Arriaga son más fregonas? ¿Cuál, Los Tres Entierros con su inverosímil historia de un hombre que obliga a otro a enterrar un cadáver en putrefacción? ¿El Búfalo de La Noche es un alarido de invenciones narrativas? ¿Fuego/The Burning Plain, su primera dirección, se friega solita a Amores Perros, 21 Gramos y Babel? ¿Su corto El Pozo derrota en guión a cualquier obra predecesora?

Quizás Arriaga ha tenido más adeptos por aquello de sus complejidades narrativas (el tiempo nos dirá si está o no sobrevalorado por sus aduladores) en tanto que El Negro decidió, al menos en Biutiful, no complicarse demasiado la vida. No se queda en el confort de pasásela haciendo comerciales para Nike el resto de su vida, si a esas nos vamos.

   La mediocridad no se apoderará ni de González Iñárritu ni de Arriaga pero las lecturas de sus siguientes obras deberán hacerse de manera individual. Dejémonos de mamucadas.




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