Por Joaquín Peña Arana
Nuevayorknuevayorknuevayork. ¿Cómo no nos hemos enamorado de ella de alguna forma? El cine nos ha llevado de la mano a recorrerla incontables veces. Uno esperaba que Nueva York, Te Amo, fuera un homenaje, un reconocimiento a la ciudad multicultural,. Metrópoli interminable. Capital de todas las voces. Pero…
Qué decepción.
Desde la apertura tal parece que la tendencia es odiarla. En cuanto vi al taxista echando a sus pasajeros me dio mala espina. El resto, parece un manual de estereotipos. Las historias no parecen tener peso, algunas son bellas pero algo le falta a la generalidad de las mismas. Las comparaciones son odiosas, siempre, pero que yo recuerde en París, Te Amo, no se la pasan evocando signos parisinos así nomás. De hecho, aunque las historias no necesariamente deben estar interconectadas, en París, Te Amo, se las arreglan para que el remate sea una brisa que ayuda a refrescar aún más el resultado final.
Estando en Europa ¿alguien recuerda que en París, Te Amo, salieran haciendo el amor o parecieran estar obsesionados con el sexo? Y eso no me asusta, qué va, pero en Nueva York, Te Amo, tal parece que no pueden vivir sin fornicar ni estereotipar.
El elenco es intachable. Todos y todas hicieron su chamba. La fotografía, montaje, etc. etc., muy bien. Buen trabajo. Natalie Portman creo que es la única que repite (salió en París, Te Amo) y aparte se aventó la dirección de un corto. Qué decir de Elli Wallace y Cloris Leachman como la pareja de viejitos.
Y bueno, para terminar, si quieren no me hagan mucho caso. Ya veremos que nos depara el futuro, todavía nos falta aventarnos Río, Shanghai y Jerusalén.
Ay Nueva York, Te Amo, ¿no habrá manera de hacer como que nunca pasó y volver a empezar?
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