domingo, 23 de octubre de 2011

SENNA




Por Joaquín Peña Arana


    
Leí críticas muy duras para este documental.

Después de aventarme sus 106 minutos de duración no me pareció tan mala, ni siquiera mala. Entiendo que decepciona a quienes deseaban más y no aporta alguna novedad pero   ¿qué esperaban, un informe completo de la varilla que causó su muerte?

Senna es el tipo de documental que, posiblemente,  sea soportado sólo por fanáticos del automovilismo y hasta eso tiene su riesgo. Ellos son gente informada que podrían gritar a los cuatros vientos ¿”y eso es todo, no hay más?”.  Yo me baso en mi experiencia personal, la misma que comparto con millones de personas que no aman el automovilismo.  Senna es alguien de quien supe por los medios, por la tele, de la misma forma que ubico a Niki Lauda, Alan Prost, Schumacher, hasta he escuchado de Taruffi. Pero nada más. Ese limitado conocimiento es el que llevé en el morral cuando me senté en la butaca del cine.

¿Qué es lo que exaspera a los detractores de este documental de Asif Kapadia? ¿El material? Todo es video. En una pantalla de cine no siempre ofrece buenos resultados.  Después de varios minutos me acostumbré a ver, de vez en vez,  imágenes medio borrosas. No me resultó problema. Sí, yo también me pregunté varias veces por qué no aparecen los entrevistados, la película se sostiene con pura voz en off o audio original de archivo. Pero a mitad de película pensé que esa omisión permite que el material vaya evolucionando. Llega el momento en que vamos de la mano con Senna pasando de una época a otra.

Sus críticos denostan el sentido “idílico” de la biografía. No me parece tanto. Creo que el documental trata bien a Senna y no intenta empalagar ensalzándolo constantemente. Para alguien como yo que no sabe de Fórmula, 1 captó mi atención que se abordara la bronca con Prost, se difundiera el material de las juntas con los pilotos, la relación con Xuxa, la cámara con el punto de vista del piloto, el audio de su gran triunfo en Brasil, el tenso y triste ambiente en San Marino. La imagen y el sonido de  su última carrera.

Para mí, Senna no es un desperdicio. Es un buen documental.  




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