Por Joaquín Peña Arana
Carlos Reygadas tiene en su casa una multiplicidad de premios que le sirven, entre otras cosas, para tapar bocas. No es que me quite el sueño el que tape la mía, simplemente que no veo por qué tengo que sumarme a la jauría de aullidos que elogian su cine, al menos, los que le ponen casa a Batalla en el Cielo. Si aunado a sus premios ya tiene a tipos como Wenders de su lado qué le puede importar lo demás.
No es la primera vez que en una película aparecen actores no profesionales pero al menos sería mejor si supieran actuar siquiera tantito. Simplemente no convencen. La única que lo hace bien es Anapola Mushkadiz. Así es esto: si utilizas a gente que no sabe actuar se convierte en pecado pero, cuando se trata de este tipo de cine, ese pequeño detalle se transforma en virtud.
Si algo he aprendido en esto de ver y comentar cine es que se juzga con base en el momento, los nombres y el tipo de película, no por lo que la película es por sí misma. Cuando es cine de autor ¡háganse a un lado, no molesten! Ah, y sobre lo de cine de autor, Reygadas externó en una entrevista que le hicieron en Letras Libres su deseo para que las películas fueran anónimas, o sea, sin la firma del director. Sería interesante ver que lo pusiera en práctica. Que su próxima película salga a circulación sin su nombre, que ponga el nombre de otro. Habría que ver cómo reaccionará la crítica y también cómo reaccionaría él si la película tiene el pegue de sus obras anteriores. “¡¡¡Hey, una aclaración, en realidad yo la dirigí, fui yo, fui yo!!!”. En la misma entrevista afirma que Hitchcock le parece irrelevante. La misma frase puede aplicársele.
Será que debí vivir intensamente el escándalo que generó la película en su momento…aunque yo no recuerdo que hubiera motines y protestas en las salas, al menos no aquí. Será que ya no sorprenden tanto las películas que dizque son polémicas porque salen encuerados, fornicando explícitamente o meten con calzador a la religión y símbolos nacionales para ver de qué forman nos asombran o escandalizan.
Lo he dicho antes y lo vuelvo a repetir: hacer películas no es cualquier cosa: requiere tiempo, sacrificio, inversión, semanas de filmación. Carlos Reygadas tiene todo el derecho de hacer el cine que se le pegue la gana, de la misma manera que yo tengo todo el derecho de no reverenciarlo. Al menos no por Batalla en el Cielo.
PD: ¡Viva Diego Martínez Vignatt!!! y elogios para Marcos Hernández. No sabe actuar pero se valora el que aceptara salir como salió.
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