domingo, 13 de mayo de 2012

THE ARTIST





Por Joaquín Peña Arana

Lo que arruinó a George Valentin no fue el sonido sino su arrogancia.

Ese es mi punto de vista y con mencionar el dato no creo adelantar demasiada información sobre la trama. El trailer ofrecía la historia en síntesis: ascenso y caída de una estrella de cine. Así, nada más. ¿Has visto cualquiera de las versiones de Nace Una Estrella?, pues va por ahí.

¿Entonces, cuál es el encanto de The Artist? Para mí, el desafío, la audacia, las ganas de sacar el proyecto de una película muda realizada en el siglo XXI y  recreada con el estilo y ambiente de 1927.  Cuando la fui a ver ya estaba preparado para escuchar el clásico “no se oye” pero no; los asistentes aguantaron vara y no vi gente salir despavorida. Mel Brooks hizo un experimento similar en 1976, Silent Movie, pero se sobrentendía que era una parodia.

No hay tacha en The Artist. Jean Dujardin, Bérénice Bejo, James Cromwell, John Goodman, Penelope Ann Miller, todos y todas con exactitud y esplendor.  La música de Ludovic Bource es viajar a los veintes (aunque haya tenido bronca por tomar un poco de Vértigo) y claro, cómo me puedo brincar a Uggie, el amigo fiel de George Valentin (¿otra evocación a la nostalgia? Puede ser).  Me sigo preguntando qué hacía ahí Malcolm McDowell pero bueno, no está mal ver que sigue activo.

Decía en un principio: a George Valentin lo hundió la arrogancia. Hay historia en The Artist, no sólo es la brecha generacional sino también la incapacidad de adaptación. Valentin se enfrentó al paso del cine mudo al sonoro, ¿qué enfrentamos ahora? No hace mucho escuché decir que si alguien no sabe utilizar una computadora es un analfabeto tecnológico.  Recuerdo a aquel colega que me encontré en la calle, hace unos años; batallaba para encontrar trabajo “pero a donde voy quieren que use computadora, yo sólo sé escribir a máquina”, me dijo. No he sabido de él últimamente.

Ya  para terminar,  ¿perdura una película como The Artist, no será flor de un día? Habrá que ver si en cosa de 10 o 20 años la pasen en festivales, el cine club o en la tele.  Ojalá no se nos vuelva Gandhi o Gente como Uno, entre otras tantas que de ser las grandes ganadoras de premios pasaron al olvido, y eso que son sonoras y a colores.

Bien dicen que,  a veces,  duele más la indiferencia. George Valentin sabe de eso. 




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