Por
Joaquín Peña Arana
Por
eso se nos cae el pelo, por corajudos.
Veamos,
a Carlos Reygadas nomás la prensa le resultó adversa en el estreno de su película,
uf, la boca no le paró: todos los periodistas son basura y no saben apreciar la
majestuosa obra de arte que tienen ante sus ojos (no lo dijo así pero ya
merito). Voy a los detalles. Su más
reciente película, Post tenebras lux, compitió en el festival de Cannes 2012 y
en la crítica le fue como en feria. Para sus pulgas. Pero de pronto, ¡zas!, ahí le va el premio como mejor director. Me parece estar escuchándolo: “¿vieron, bola
de idiotas, vieron?, ¡a mí me premian los que sí saben, no ustedes que no saben
ni la o por lo redonda”.
Habría
que saber bien a bien la exactitud de las frases que se le atribuyen porque no
necesariamente una agencia de noticias suele ser tan precisa como otra, aunque
se supone que la chamba de todas es ofrecer la información lo más puntual, equilibrada
y cercana a los hechos. Me desvié de nuevo… regreso al cine.
Ya
lo he mencionado: no podrá gustarme una película pero respeto el esfuerzo que
realizan quienes luchan para crearla. Aunque me sigo preguntando si el cine de
Reygadas es lo mejor que le ha pasado a nuestra cinematografía nacional, nada personal
hay contra él. En cuanto supe que, una
vez más, había entrado al Cannes, pensé que no tenía nada de malo y, por el
contrario, si lo llegaban a premiar pues vientos. Ha trabajado para eso. Lo que
se me hizo peculiar fue el tono súper virulento de sus declaraciones por no
haber sido favorecido en las opiniones de la prensa. ¡Újule!.
Bueno,
a lo mejor lo agarraron de malas. Todos tenemos un mal momento. Habrá que ver su película y también la de Haneke, por cierto, el protagonista de las notas que se generaron en la parte final de Cannes 2012. Ojalá Reygadas no se vaya a poner celoso y le quiera arrancar la cabeza.
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