Por
Joaquín Peña Arana
A
lo mejor estoy mal o mi conocimiento del cine era demasiado púber. No sé.
¿Se
acuerdan de aquello del Nuevo Cine Mexicano? Me explico: fue un periodo, allá
de finales de los años ochenta y buena parte de los noventa, en que el cine
nacional tuvo una especie de renacimiento. Tenía yo más o menos 20 años cuando
inició. Entusiasmado, iba al cine para
apoyar a nuestro cine comprando mi boleto, mis palomitas y mi chesco.
En
general, salí satisfecho, por extraña que pareciera la propuesta. Ahí me tienen
aplastado viendo la cámara fija de La Tarea, las tribulaciones de Alvar Núñez Cabeza
de Vaca, la búsqueda existencialista de Lola,
las locas aventuras de Pedro Armendáriz Jr. en Camino Largo a Tijuana (¿ya ni
te acordabas de ella, verdad?). Pero de
repente…el tropezón. Después de ver La Leyenda de una Máscara, salí
preguntándome si me habían visto la cara.
Ojo,
no me estoy refiriendo a la totalidad de cine hecho en ese periodo. Mi pregunta
es más extensa: ¿de verdad lo que nos presenta como calidad, la tiene?
No
es la primera ocasión que me detengo en el tema. En el caso de La Leyenda de una Máscara,
recuerdo cómo se le dio promoción (la poca o mucha que se le podía dar a una
película nacional en ese entonces) elogiando sus virtudes: que porque es un
homenaje al género de luchadores, que porque tenía una animación (¡una
animación en una película! ¡Paren las prensas!), y su historia mezcla de
thriller, investigación, cine de vanguardia, a la Orson Welles (al menos, en la
trama). Pues yo la recuerdo como un churro.
Pero
no es el único caso. Lo mismo me ocurre con Bienvenido-Welcome, pero cuando
busco información sobre ella sólo hay para esta cinta elogios elogios elogios.
Y no creo que Gabriel Retes sea chafa, aquí ya me he ocupado de la monumental
cinta Nuevo Mundo, para mí, una de las mejores del cine nacional (pero de poca
circulación por ya se darán cuenta cuando la vean). Entonces, qué rollo, ¿Bievenido-Welcome sí es
lo que dicen que es o extradimensionarla es parte del show?
Por
eso digo, a lo mejor necesito sentarme tranquilamente, respirar profundo,
acomodarme en mi sofá o en la butaca y verlas de nuevo. Ya pasó tiempo
suficiente. Los tiempos cambian. A lo mejor
y hasta me vuelvo fan de El Ángel Enmascarado.
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