domingo, 14 de octubre de 2012

AMOR, HONOR Y LIBERTAD (THE LADY)





Por Joaquín Peña Arana



Pese a la crudeza de sus secuencias iniciales, desde un principio quedé con la impresión de estar viendo algo muy hollywoodense.

Hagan de cuenta tipo Walt Disney o película de Richard Attenborough: cámara lenta donde se necesita, fondo musical dramático  y dos o tres momentos de esos que son tiernos o con climax (ahí tienen cuando le apuntan durante la campaña electoral o escucha la ceremonia del  Nobel por la radio. Cuando escuché que tocaba el Canon a media película pensé “me late que eso lo van a meter en algún lado”. Dicho y hecho). Los militares aparecen ridiculizados, caricaturizados, ¿a propósito, fue descuido de producción o de plano así es como el occidente ve todo lo que le es ajeno?

¿Algún otro pecado que tenga la película? Pues qué tal su exotismo. Se desvive en recordarnos que estamos en un país asiático, de escenarios naturales y extrañas costumbres. Nos lo machaca una y otra vez, como tabla de multiplicar.

Michelle Yeoh tiene un extraordinario desempeño, el papel le queda como a la medida aunque no se puede dejar de ver en ella a la de El Tigre y El Dragón o a la chica Bond de El Mañana Nunca Muere. El guión de Rebeca Frayn tiene el acierto de dibujar a Aung San Suu Kyi como una persona ordinaria en situaciones extraordinarias. No lo quería pero se convirtió en la cabeza de un movimiento democrático; a la vez,  puede sentir miedo y llorar ante el dolor por la forzada separación de quienes ama.

Bien pudieron haberse concentrado en la figura de Aung San Suu Kyi pero deciden transformar la película en la historia de amor y fortaleza entre ella y su esposo Michael Aris, interpretado por un David Thewlis que se ve extraño, asustado, aunque con más porte que uno que otro académico de la vida real que, en circunstancias semejantes, ya se hubiera tirado al suelo a llorar. 

Luc Besson está irreconocible con esta película, pero pienso que fue deliberado con tal de  acercar a las masas la historia de  Aung San Suu Kyi  y exponer la terrible situación política que se vive en Birmania o Myanmar, como le quieran llamar.  Para mí, esa es la intención fundamental y se vale.




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