En
1960 ocurrió que Luis Buñuel, exiliado como estaba en México, fue invitado por
el productor de la película, Gustavo Alatriste, para que filmara Viridiana en
España. La España de la dictadura. La España de Franco.
A primera vista
parece la cobertura eficiente y espectacular al estilo de los conciertos para
televisión: muchos cortes, cámaras que vuelan, luces y movimiento. Pero, poco a poco, empiezo a ver en la
pantalla la mano de Scorsese.
Ojalá
las películas pudieran valorarse por sí, pero esto no es posible en todos los
casos. Hay que dar una explicación sobre por qué carambas importan tanto. Darle
contexto, pues.