domingo, 21 de abril de 2013

KATHERINE HEIGL





Por Joaquín Peña Arana


Si eres fan de la Anatomía de Grey – o Grey´s Anatomy o simplemente Grey – seguro te tocó conocer y compartir la turbulenta vida de Izzie Stevens.  Pobrecilla. Sufrió tanto y lo único que quería era ser doctora y ser feliz.

Cuando fue contratada para interpretar al personaje, Katherine Heigl ya llevaba camino en la farándula. Empezó a los 12 años. A los 14 participó en su primera película y de ahí en adelante su carrera se nutrió de papeles de lo más diversos en la tele y en el cine, pero fue hasta en 2005 - cuando se integró al elenco de Grey - que Katherine se nos fue a los cuernos de la luna.

Y es que ¿cómo no quedarse con esa sonrisa alegre y vivaracha, esos ojos bellos, un cuerpazo y así de grandota? Claro, además, ofreció capacidad de sobra para interpretar el personaje. Le fue tan bien que le dieron premios y nominaciones, apareció en la portada de quien sabe cuántas revistas y su popularidad creció y creció y creció. Mientras estaba en la serie siguió haciendo películas, algunas taquilleras, otras no tanto, pero todo iba de la mano con el éxito de Grey y el impacto de ser Izzie Stevens. Ya la veían como la nueva Audrey Hepburn. Iba a ser la rival de Anne Hathaway en ver quién era más bella y querida. Su nombre se volvería emblemático, como decir Elizabeth Taylor, Brigitte Bardot o Raquel Welch.

Y de pronto…el horror…el horror.

Según dicen, se quejó abiertamente de los guionistas de Grey, que su personaje había perdido  peso. Algo así. Eso fue en el 2008 más o menos. Para el 2010, salió de la serie (ella dijo que para dedicarle más tiempo a la familia).  De ahí en adelante, hasta la fecha, no le ha ido tan mal, hace al menos una película al año y pues debe tener otras chambitas que le permiten estar en la jugada, pero de la súper estrella que iba a cautivar nuestros sentidos…nada.

Quizás para Katherine Heigl no todo esté perdido. Quizás no sea este su momento o venga algo mejor en el futuro. Ahí tiene a su colega Patrick Dempsey, quién iba a decir que de chico calenturiento se convertiría en el sueño erótico de miles de féminas.  O qué tal Robert Domney Jr., él sí estaba en la lona y resurgió cual ave Fénix.  

Ya veremos cómo le va o si, por el contrario, nos tengamos que quedar con el bello recuerdo de aquella rubia que alguna vez quiso ser doctora. 



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