Por
Joaquín Peña Arana
¿Irías
a ver una película con un título así? Yo tampoco aunque, después, me podría arrepentir.
Futbol
Shaolín o Soccer Shaolín, como también se le conoce, es maravillosa. Sorprende
en muchos sentidos: absurda, disparatada, avanzada, vanguardista, equilibrada
en términos de recursos tecnológicos, producción, actuaciones. Si juzgáramos a
Stephen Cow por esta película, podría atreverme
a afirmar que el mundo ha ignorado a un genio.
¿Y
quién es Stephen Cow? Yo tampoco lo conocía hasta que puse atención a Futbol
Shaolín. Encontré muy poca información sobre
Cow en español pero puedo compartir que es actor, productor y director originario
de Hong Kong. Antes de Futbol Shaolín, ya había iniciado su carrera en los
ochenta, en 1994 dirige su primera película, Futbol Shaolín es del 2001 y de
ahí en adelante ha hecho otras, donde suele actuar, escribir el guión y
dirigir.
Pese
a las diferencias culturales, Futbol Shaolín maneja un humor que puede ser
interpretado en la generalidad del mundo.
El tema es simple: un futbolista caído en desgracia descubre a un tipo
con extraordinarias habilidades gracias al kung fu. El resto es convencerlo que juegue, armar un
equipo y participar en un torneo organizado por el archirrival. Suena más trillado que el argumento de
Nosotros los Nobles y sin embargo, la serie de gags y el trabajo en cada escena
ofrecen resultados espléndidos.
Hemos
platicado en otras ocasiones lo poco que sabemos sobre el cine de otras
latitudes. En este caso, apenas nos vamos enterando de algo llamado mo lei tau,
una modalidad de humor procedente de Hong Kong y que parece ser la base del
estilo de Stephen Cow. Sí, no queda duda que hay un montón de aspectos y
chistes que son muy locales, muy del humor de Hong Kong y no vamos a entender,
pero no se siente de lo bien que transcurren el guión y la realización.
El otro aspecto sobresaliente de Futbol
Shaolín es la tecnología. Si en otras
películas se desgastan en presumir que usan CG (gráficas por computadora) en
Futbol Shaolín es un total acierto, como si se inspiraran en Sport Billy o en Supercampeones.
El
cine es de momentos. Igual veo Futbol Shaolín a futuro y no me va a parecer tan
grandiosa (ya me ocurrió con Como Agua para Chocolate) pero por lo pronto me
dejó en el cuerpo una buena cantidad de hendorfinas. Y eso, es de agradecer.
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