domingo, 31 de enero de 2016

A PROPÓSITO DE STALLONE





Por Joaquín Peña Arana



Alguna vez describí a Stallone como “el hombre de cine que se nos fue”. Ahora, no es que me sume a una especie de coro arrepentido que pretenda elogiarle insensatamente. La onda es el intento por colocar las cosas en equilibrio.

¿Se acuerdan cuando comenzó? No, no me refiero a la película porno que hizo antes de la fama sino lo que vino después, cuando Rocky. Escribió el guión, protagonizó la película, fue un exitazo. Después vino Rocky II y hasta ahí, todavía era la historia triste del boxeador analfabeta. De Rocky III en adelante se echó a perder la historia. Lo mismo pasó con Rambo. First Blood inicia como una historia más de un ex combatiente de Vietnam y termina con un hombre perseguido por otros como un animal, acorralado por sus traumas de guerra. Del resto, ya sabemos: películas de acción, explotar Rambo y Rocky y seguir con una carrera de altibajos fílmicos. Ahora, vamos a ver qué tiene en el morral este hombre de cine.

Stallone sabe dirigir. Su primera película fue Paradise Alley, luego siguió Rocky II. Al momento lleva ocho, la mayoría extensiones de Rocky, Rambo o Los Especialistas (Staying Alive es la excepción). ¿Son basura? Mmm..no. ¿Son lo más selecto del cine de todos los tiempos? Mmm...tampoco. Son simple y sencillamente películas bien hechas. Nada más.

Stallone sabe escribir. Por escribir me refiero a que se puede sentar a concebir una historia, desarrollarla, tene personajes, planteamiento-nudo-desenlace. No es García Márquez, ya lo sé. IMDb le otorga 28 créditos en el rubro.

Después de Rocky, jamás le volvió a ir bien en lo que a nominaciones se refiere (ha sido cliente frecuente de los premios Razzie, lo cual no es del tipo de cosas que se presumen) hasta que llegó Creed. ¿Cuál es la diferencia? Es otra vez Stallone como Rocky Balboa. Es otra vez seguir explotando la misma historia que nos contaron desde 1976. Pues algo tiene en particular la encarnación de este rol.

No creo que Sylvester se haya comprado premios o nominaciones, lo hubiera hecho desde antes. Quizás lo que ocurre es que le llegó la hora. ¿De qué? Del reconocimiento. Ya ven: Globo de Oro y Oscar. Jamás lo creyó a estas alturas de su vida y creo que nosotros no lo hubiéramos creído si nos lo hubieran contado en el 2015 o el 2000 o en 1990.

¿Stallone es el hombre de cine que se nos fue? Sí, en cierta forma. Pero sigue siendo gente de cine.

Sé que no le han caído nada mal los millones y millones que ha ganado haciendo cine hollywoodense, pero tengo la leve impresión que, ahora, apenas se le reconoce lo que se la ha pasado diciendo desde hace 40 años: sé actuar.
Felicidades, Sylvester. A mí no me da escozor y que vengan los trols.

No hay comentarios:

Publicar un comentario