domingo, 3 de enero de 2016

RED SOCIAL (THE SOCIAL NETWORK)




Por Joaquín Peña Arana

Mark Zuckerberg: eres el peor de todos. Bueno, no tanto.

Desde hace años me he convencido que el camino de una historia de éxito tiene, en su recorrido, algunas cuantas tranzas o inequidades, por decir lo menos. No hablo nomás de oídas. Lamentablemente, es parte de lo que he atestiguado desde hace varios años.

Vamos, revisemos las historias de Edison o Ford y encontraremos algunos pasajes duros. ¿O qué tal los Beatles? Y eso que yo soy fan de ellos pero tampoco me ciego ni caigo en locas idolatrías. ¿Se acuerdan de cuando echaron a Pete Best porque ya no les convenía? Y ni tuvieron cara para decírselo, mandaron a Brian Epstein a hacer el trabajo sucio.  ¿Quieren ejemplos más recientes? ¿Qué tal el genio de Bill Gates comprando por unos cuantos centavos un software que  lo sacara del atolladero o su relación de amor-odio con Steve Jobs? Y ya que hablamos de Steve Jobs, era cruel, insultaba a su gente, manipulaba, distorsionada la realidad a su conveniencia. Y Así nos la podríamos llevar.

Ahora bien, es evidente que al verdadero Mark Zuckerberg no debió caerle en gracia el cruel retrato cinematográfico que realizó David Fincher y a Eduardo Saverin que  lo retraten como un tipo débil y medroso. Confieso que cuando salió la película ni me interesó. “¿Cómo, una película sobre Facebook? ¿Y se llama Red Social, así de simplón? Ah, la dirige el de Seven, El Club de la Pelea y la de Benjamin Button.  Suena bien pero paso de largo”. Y ya ven, metí reversa y la vi.  


¿Qué es Red Social? Una historia de ambición, poder, soberbia y traición.  Sí, el punto de partida es la idea de un genio y su frenesí por llegar a las últimas consecuencias para hacerla realidad. Le debe encantar a no pocas mujeres que eso de Facebook haya nacido de la frustración de Mark por retener a su ex novia: primero la harta con sus peroratas y al último le está rogando.  A mí lo que más me sorprendió – y es la escena que más me gusta – es el final con Baby, You´re a Rich Man. Escuchar a los Beatles en un film que no sea sobre los Beatles o los años sesenta es rarísimo. Concluir la película con esa canción queda como la mejor de las ironías. 



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