domingo, 3 de abril de 2011

VIRTUDES TÉCNICAS DE PRESUNTO CULPABLE







     Por Joaquín Peña Arana


    ¿Alguien me puede informar si Roberto Hernández y Layda Negrete han explicado en algún lado qué hicieron para lograr los permisos que les autorizó meter cámaras y micrófonos al Reclusorio Oriente? No tengo que decir que el triunfo del documental es el atisbo a la entrañas del sistema judicial mexicano. Eso ya lo sabemos. Eso ya lo leíste en varias partes. Eso ya lo viste, si es que fuiste a verla.

     En mi caso, sinceramente, no pude separar contenido de estética. Y en Presunto Culpable no hubo improvisados ni principiantes detrás de las cámaras.   

    Porque durante las audiencias hay dos cámaras. Y nada de una camarita ahí a la mano, es una en tripié y de buen formato. La otra – y eso sí que es extraordinario – está con Antonio Zúñiga dentro de la rejilla. Eso nos da un inédito punto de vista. Nos hace cómplice y compañero del acusado. El sonido durante estas comparecencias es fundamental, se capta el audio de todos:  juez, testigos, acusado, abogados, familiares .  El juez Héctor Palomares trae micrófono lavarier; es evidente que hubo un proceso para colocárselo, luego entonces, cooperó para ello.

   Esa es la palabra: cooperar. ¿Cómo se logró que el sistema dejara entrar no una sino dos cámaras y al menos dos micrófonos? Además, la cámara estuvo años siguiendo a Toño durante la dura vida en prisión.  ¿Una cámara que se mueve con “libertad” dentro de un reclusorio? ¿Acaso las autoridades se acostumbraron tanto a los intrusos que pensaron no representarían peligro?

   Recuerdo que cuando vi el plano secuencia en que Antonio Zúñiga, decepcionado por el primer fallo en contra, regresa por el túnel que le lleva de nuevo al interior del reclusorio y se detiene para recargarse en la pared, pensé “si el camarógrafo es abuzado, va a abrir la toma o se hará para atrás para lograr un efecto de soledad”. Dicho y hecho. No soy clarividente: la experiencia ofrece algunas virtudes.

   Del resto, pues, ya se ha y seguirá hablando. Algunos piensan que detrás del esfuerzo de sacar del bote a Antonio Zúñiga hubo un efecto propagandista o ególatra de los esposos Hernández Negrete. De ser así, se tomaron demasiadas molestias. Claro que no todos van a elogiar a Presunto Culpable y hasta cierto punto es sano en tanto no se caiga en locuras o descalificaciones estúpidas. No crean, yo también tengo algo de reservas, a mí también me llamó la atención que de la noche a la mañana los medios de cobertura nacional se interesan tanto en el tema. ¿De cuándo acá?  Y luego, el escándalo del intento por sacarla de cartelera le dio el empujón que le faltaba para que Presunto Culpable interesara más allá de nuestras fronteras.

   Cuando fui a verla, contra lo que pensé, no había enormes filas  y no pasábamos de diez las personas en la sala. Los comentaristas, columnistas y periodistas siguen haciendo juego de palabras con el título pero pronto lo dejarán para ocuparse de otros asuntos.  Lo demás, pues, queda en que no se nos olvide tan rápido, como se nos olvidan tantas cosas. ¿Se acuerdan de Aguas Blancas? Y ahí no fue necesario que encuadres llenos de plasticidad nos transmitieran la sensación de brutalidad y muerte. 

   Quizás deberíamos empezar por exigir que, cuando estemos en la cárcel, no comparezcamos detrás de una rejilla. Desde ahí ya somos culpables hasta que se demuestre lo contrario. 





2 comentarios:

  1. Roberto Guzmán, amigo y asiduo lector de Apuntes de Cinéfilo, me hizo una observación.

    Efectivamente, el micrófono Lavalier no se llama así. El nombre correcto es "micrófono de solapa" o "micrófono de broche". Lavalier es una marca pero en televisión se volvió común referirse a ese tipo de micrófono por su nombre comercial.

    Gracias Robert, un abrazo.

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  2. HOLA JOAQUIN, TIENES TODA LA RAZON CON EL ULTIMO COMENTARIO QUE HACES EN TU BLOG, (Quizás deberíamos empezar por exigir que, cuando estemos en la cárcel, no comparezcamos detrás de una rejilla. Desde ahí ya somos culpables hasta que se demuestre lo contrario. )

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