domingo, 25 de septiembre de 2011

SIEMPRE LISTO EN LAS TINIEBLAS




Por Joaquín Peña Arana

El descubrimiento fue pura chiripa. Durante un viaje a San Antonio, Texas, mis cuates y yo entramos a un monumental restaurante que desbordaba temática mexicana en todos los rincones. Y ahí, en uno de sus muros, entre fotografías, murales, sombreros, ahí estaba Cantinflas en un cartel cinematográfico con un título totalmente desconocido para mí.

“¿Han oído hablar de la película Siempre Listo en las Tinieblas?”. Dos de mis acompañantes resultaron ser unos expertos en la cinematografía cantinflesca pero la pregunta les sorprendió. Para despejar la duda, me levanté, caminé al otro salón, tomé la fotografía y retorné. “No, no la recuerdo”, más o menos dijeron eso tras ver la pantallita de mi cámara.  Después de un breve análisis, pensamos que quizás Cantinflas tendría alguna especie de películas alternas a las que son aceptadas como oficiales.  Un poco de investigación vía internet me ofreció algunas respuestas.

La publicidad y los recursos para colocar el producto han variado de época a época pero el propósito sigue siendo el mismo. Y para tal fin, qué mejor que utilizar la “imagen” de una conocida figura.  En este caso, Siempre Listo en las Tinieblas es un cortometraje publicitario de aproximadamente 10 minutos. ¿Circuito de exhibición?, supongo que en los cines de ese entonces. La televisión todavía no estaba desarrollada y los comerciales se proyectaban en las salas cinematográficas entre tanda y tanda.

Siempre Listo en las Tinieblas es de 1939, fecha en la que se estrenó El Signo de la Muerte. En sí, se trata de una pequeña historia donde un ladrón entra a la casa de Cantinflas, pretexto para hablar sobre las virtudes de la marca de lámparas que se publicitaba. Mario Moreno todavía estaba en proceso de consagración, aunque lo identifican como Cantinflas en el corto su personaje se llama “Chencho Albondigón”. Aunque no aparece en los créditos, algunas fuentes le otorgan el guión a Estanislao Shilinsky.

¿Quieren verla? Un chapuzón en Youtube (hasta que los derechos de autor ataquen) permite disfrutar de esta rareza del cine nacional.    





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