domingo, 1 de enero de 2012

PEDRO





Por Joaquín Peña Arana

Dicen los que saben que luchó por hacer del cine mexicano un lugar mejor para quienes se aferran a que siga existiendo. Dicen que luchó hasta donde pudo por tener su propia carrera y quitarse el lastre de ser el hijo de fulano de tal. Dicen que le encantaba la vida que le tocó vivir. Si no fueras tú ¿te hubiera gustado ser Pedro Armendáriz Jr.?

¡Que no era un improvisado, entiéndeme por favor! Te digo que su carrera fue larga, muy larga y no siempre fue de papeles elegantes y grandes producciones. Yo fui de los que vieron en el cine Camino Largo y Tijuana y ahí estaba, sacando adelante con los demás la película, como esa hubo otras con presupuestos modestos pero mucha entrega. Digo, ¿cuántos papeles son posibles en más de 100 películas? ¿Por cuántas etapas de nuestra cinematografía le tocó pasar?

No faltará quien exprese con toda su mala leche “era un junior, cómo no iba a hacer papelillos gachos en películas hollywoodenses”.  Ahh, bueno, hizo cine en Estados Unidos y coproducciones internacionales. Como dijo Lucero “¿yyy?”.  Estaba en los foros con su papá, no veo qué  tiene de malo que empezara haciendo papeles chiquitos de extra, ya luego le tocó aparecer con su propio nombre en el cast.  Como su papá, salió también en un filme Bond y quizás no estoy muy de acuerdo en que se prestó a estereotipar a México en películas gringas pero, bueno, ya ni modo. Hasta donde sé, en el cine internacional fue alguien por derecho propio.

Yo no veo que Pedro Armendáriz Jr. le haya hecho algo malo al cine. Al contrario.  Repitieron hace poco una entrevista que ofreció hablando sobre sus tres películas predilecta.  Fue una hora de programa que disfruté mucho.
  
Mejor aquí la dejo. Ya otros y otras han expresado lo que yo pretendí: que le agradecemos todo lo que nos compartió y que, en verdad, se le va a extrañar.

¿Con qué termino? Se me ocurre con la frase final de Mina: Viento de Libertad. Creo que es apropiado: mañana, cuando yo muera, no me vengáis a llorar. Nunca estaré bajo tierra, soy viento de libertad.







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