domingo, 8 de abril de 2012

EL CINE ¿MI OBLIGACIÓN?



Por Joaquín Peña Arana

“¿Cómo que no la has visto?”. Esa pregunta me asalta de vez en cuando, no necesariamente cada semana pero sí de vez en vez, en especial, desde que inicié esto de escribir y comentar películas.

El reclamo es muy básico pero contundente: si ocupo parte de mi tiempo en elaborar un comentario sobre cine cómo es posible que no me la pase en el cine.  “¿Pues no que te gusta mucho ver películas?”, me cuestionó alguien. ¡Y claro que el cine me encanta! Pero tengo unas cuantas explicaciones de por qué no me zambullo en la cartelera.  

La primera y fundamental: no está en mi economía estar en el cine cada semana. Yo qué más quisiera, pero bien que saben que ir a ver una película se convirtió en un lux. Aquí donde vivo no hay – ni creo que habrá – alguna cineteca municipal o estatal donde pueda verse lo más selecto del cine por una cómoda y módica cantidad, o a veces hasta gratis.

Otra razón es que, hasta el momento, esto lo hago por gusto e invitación. 

Hace ya varios años que una amiga mía, editora en un periódico,  me llamó para preguntarme si podría hacer algún tipo de columna sobre cine. Empecé haciendo una remembranza sobre una de mis películas predilectas: Viento Negro.  Desde entonces, cada semana – salvo algunas fallas de continuidad – entrego este espacio para su publicación.  Con el tiempo,  algunas personas decidieron compartir mi comentario en sus respectivos medios de comunicación, lo cual agradezco.

¿Y por qué no he visto las películas de moda? La verdad la verdad, además del dinero y el tiempo, porque no me apetece verlas. Yo no soy un crítico de cine. No soy alguien que se la pasa repartiendo estrellitas o palomitas para calificar las virtudes o defectos de alguna cinta. Lo que me gusta es ver las películas que yo quiero. No me siento obligado a ver la saga de Crepúsculo o las de Rápido y Furioso ni tampoco estar al pendiente de lo que Reygadas o algún director europeo o latinoamericano haga o deje de hacer.  Ojo, tampoco me cierro. Si un día pasan en la tele una película que estuvo en boga, puedo ponerme a verla y si me parece bien la veré completa. Tampoco se trata de cerrarse.

El día que hacer esto se vuelva redituable o se convierta en un trabajo cambiarán las condiciones pero no mi sentido particular de apreciar el cine. Amo al cine no por los nombres o la moda. Amo al cine por sí mismo.

¿Con eso o te frío un huevo?



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