domingo, 10 de junio de 2012

COLOSIO: EL ASESINATO





Por Joaquín Peña Arana

Carlos Bolado no es Oliver Stone ni su película es JFK. Así de simple.

Desde el principio tuve mis dudas. Ver que un acontecimiento como el asesinato de Colosio se reduce a una pareja que se pone triste frente a la tele, ¡caramba!, cuando esa tarde del 23 de marzo del 1994 fue tensa, dura, triste. Desesperanzadora. Y pérame, ¿de modo que una súper periodista tipo Carmen Aristegui tiene una relación con un súper investigador del gobierno al cual le encargan investigar lo de Colosio? ¿Y esa súper periodista afirma  tajantemente que la gente está convencida de que hubo un complot? ¿A qué hora se nos muestra a esa gente, con qué elementos, dónde, quiénes? Si mal no recuerdo, en su momento los dedos apuntaron a Salinas y se creyó que el discurso en el Monumento a la Revolución había sido la ruptura entre ambos, pero Salinas aparece en la película una sola vez y lo del discurso se menciona como una referencia más, sin mucha importancia.

Ahh, y por ahí anda suelto un hombre que solito está matando a todos los testigos. ¿Testigos, cuáles, los de Lomas Taurinas, los que conocieron a Aburto?  ¿Quiénes y por qué?  Que Manuel Camacho y Colosio terminaron haciendo un pacto y brindando como los mejores cuates.  Éjele. Yo recuerdo que en su momento se dijo otra cosa, que Camacho se súper encabritó por no haber sido el candidato. Y si en verdad Camacho y Colosio signaron algún acuerdo de paz ¿por qué no mencionar la otra versión, sólo como un referente?

Ahora resulta que Miguel Montes era el amigichi amigichi de Diana Laura Riojas, así lo hacen parecer. Y no solo eso, sino el único hombre íntegro de la política…pero con un pasado de esos que le obligan a decir todo al revés. ¿Será?  

“Es que hay muchos que se parecen a Aburto”, afirman. Y que todos todos todos estaban en Lomas Taurinas, pero ¿cuántos, quiénes, para qué?, porque a la hora de reconstruir el homicidio no parecen haber tenido una función específica. ¿Y por qué pasarle un arma a Aburto cuando puede cargar una?  

  Si JFK tuvo a su Donald Sutherland y su “X” en Colosio: El Asesinato tienen a don Fernando, único capaz de contarle al súper agente investigador todo lo que necesita saber. Hubiera ido con él desde un principio, para qué batallaba tanto.

Colosio: El Asesinato pudo haber sido uno de esos filmes que marcan la historia del país, si la hubieran estrenado – así como está, igualita – en 1998 o en el 2000. Tengo la leve impresión que en el extranjero va a ser un cañonazo, allá donde a México lo ven como una curiosidad de laboratorio y porque les encantan esos filmes que suenan rebeldes o de denuncia, aunque tengan fallas de guión y contexto.

¿Qué es buena porque nos hace recordar y ayuda a que las nuevas generaciones se interesen en el pasado? Pues no basta, porque el riesgo es provocar confusión por los desatinos históricos. Pero como lo he manifestado en otras ocasiones, no estoy diciendo que no la vean. Hagan lo que quieran, total. En mi caso, puedo decir que fui muy afortunado en verla el mero día del estreno nacional, cayó un viernes.  Así, no tuve que echar a perder mi fin de semana. 




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