Por
Joaquín Peña Arana
¿Dudas
de por qué Led Zeppelin significa tanto en el mundo del rock? Aquí está la
respuesta.
The
Last Waltz suele tener la fama de ser el primer concierto de rock filmado con
planificación y a la alta escuela (Scorsese pesa) pero The Song Reamins the Same
deja grandes lecciones. De entrada, se filmó en 35 milímetros y no en
los característicos y usuales 16, como en Monterey o Woodstock. Por eso se ve tan bien. Los camarógrafos se la
rifaron y logran meternos al concierto. Además, el sonido tiene un protagonismo
imprescindible. Escúchenlo, pónganle atención. Clarísima la voz de Plant,
demoledores y tiernos los riffs de Page, no se pierde el bajo de Jones y taladran
los jabs de Bonham.
Es
fecha que no me convence del todo las fantasías personales de cada miembro del grupo,
hasta impresión da que nos robaron valiosos minutos los cuales pudieron ocupar canciones
faltantes. Ah, pero pérame, ¿alguien vio algún rocker reventado, mujeriego y llenándose
la garganta de whisky? Al contrario, ¡son
amorosos padres de familia y fieles esposos!, hasta leen cuentos, siembran sus
propias tierras y les encanta la velocidad pero con medida (la única excepción
fue Page, cada que veo la parte del ermitaño me pregunto si George Lucas no se habrá
inspirado ahí para las espadas láser). Ahora, si
lo ponemos en balance, esos pasajes no le hacen daño al filme. Me atrevo a
decir que The Song Reamins the Same es audaz por ello y por los efectos ópticos
de doble imagen o espejo, inusuales en las películas de rock.
¿Y
qué onda con la música? Nos queda la impresión que Led Zeppelin no subía a
tocar unas cuantas rolas ahí nomás y a la goma. Eran músicos muy serios,
ensayados, virtuosos, dedicados a perfeccionar y pulir sus canciones. Escuchen,
escuchen bien Dazed and Confused, No Quarter o The Rain Song. Y
qué tal los efectos de audio para Plant o el uso de Page del Theremin.
Ahora
sí, para el final, qué onda con las cámaras. Cómo es que el material es tan
bueno. Pues nada, que se sacó mucho jugo
a las tres noches que actuaron en el Madison Square Garden. Es cosa de ponerle
algo de atención para detectar pequeñas fallas de continuidad en la vestimenta
de los músicos, incluso en la sincronización (sobre todo con Page). Me
sorprendió ver algunos primeros planos y movimientos de grúa inconcebibles. Un chapuzón en Wikipedia y se despeja el
misterio: filmaron nuevamente todo el concierto en un estudio. No hay pex. El resultado final vale que nos
mintieran tantito.
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