domingo, 1 de diciembre de 2013

RED SHOE DIARIES





Por Joaquín Peña Arana



¿Se acuerda de David Duchovny?

Si le digo que era el Mulder de los Expedientes Secretos X (los X Files, su nombre original) entonces “¡ah sí, el flaco narigón de ojos medios rasgados que buscaba marcianos y platillos voladores por todos lados!”. Ese mero. De repente los actores entran en una etapa  donde, aparentemente; nos los vemos pero siguen trabajando. Duchovny tuvo un segundo aire de gran fama con la serie Californication.

Me acordé de él porque al mismo tiempo que correteaba extraterrestres con la agente Scully, participó en una serie totalmente opuesta: Red Shoe Diaries. Según el amigo Wikipedia, tuvo una vigencia de 1992 a 1997, fue transmitida por el sistema de cable Showtime y básicamente es definida con el término soft core porn, algo así como porno suave o erotismo.

¿Y por qué lo traigo a colación? Bueno, para empezar debo decir que vi en su momento algunos episodios y con esto de que uno está metido en el frenesí por el cine, no se deja de analizar el producto por muy calenturiento que se pueda ser. Había buen gusto: dirección,  iluminación, fotografía, actuación y algo que dicen no se necesita pero en el cine o en buenas producciones es indispensable: había argumentos. Historias bien contadas.

Parezca lo que parezca, en el cine el erotismo también es aportación cultural, vanguardia y propuesta. No por casualidad continúan perdurando títulos de lo más diverso: hay distancia de origen y nacionalidad entre 9 Semanas y Media y El Imperio de los Sentidos o puede haber grandes actores como Marlon Brando en algo titulado El Último Tango en París. A veces, en el afán de tremendismo o audacia, hay obras que no logran dar el ancho por muy clásicas que se pretendan: aunque actúen Malcom DcDowell y Peter O´Toole y el guión sea de Gore Vidal, Calígula me sigue pareciendo un churro al más puro estilo del peor cine porno italiano de los años setenta.


En esto del cine erótico a veces, también, se puede caer en complacencia. Esa impresión me da el trabajo de la muy celebrada directora de cine porno Erika Lust, famosa en ese mundillo por hacer cine del género desde el punto de vista femenino. Vi un par de sus producciones, técnicamente buenas pero débil en sus historias. Quizás necesite preguntarle a quien de verdad sepa de esto y, de paso, investigar en qué concepto tienen a Zalman King, creador de Red Shoe Diaries y quien tuvo una amplia trayectoria en el cine erótico. A lo mejor resulta ser el modelo a seguir, digo, si alguien quiere iniciar su propia productora. 



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