domingo, 23 de junio de 2013

CUENTOS DE HADAS PARA DORMIR COCODRILOS






Por Joaquín Peña Arana


Cuando la vi por primera vez me sentí estafado. Después, cuando me enteré que había arrasado con los arieles del 2002 (se llevó seis y fue candidata en otras siete categorías) pensé que, a lo mejor, no le puse la atención debida. En otras palabras: el wey era yo.

Ahora que la volví a ver, refuerzo mi opinión original. ¿Qué onda con el cine, con los premios, con la propuesta?

Cada quien hace el cine que se le da la gana y cuenta lo que se le da la gana, eso yo no lo discuto, pero sigo igual con Cuento de Hadas para Dormir Cocodrilos.  Hay una buena dirección, la de Ignacio Ortiz (guionista de La Mujer de Benjamín y La Vida Conyugal y director de Mezcal); buena fotografía, la de Patrick Murguía y, en fin, todo bien con el resto de los elementos alrededor de la película, salvo excepciones (la madre del niño, por ejemplo, ¿le creen que está actuando?) pero la historia…¿cuál historia? “Es que es realismo mágico, cuentos de tradición oral indígena, es metafísica pura, por eso no la entiendes, Joaquín”.

Ahhhh.

Veamos. En ese 2002, Cuentos de Hadas para Dormir Cocodrilos fue nominada junto con De la Calle y El Gavilán de la Sierra. A veces ocurre que, al no haber más, premian lo que hay (no insinúo que eso haya ocurrido en ese glorioso año).  El caso es que a Ignacio Ortiz, con sus arieles en la bolsa, no hay quien le pueda decir algo. Ya fregó, pues. Pero sigo en las mismas. A veces pienso que en esto del arte y la cultura hay una especie de complicidad programada, como en el cuento de Hans Christian Andersen, el del emperador encuerado: si alguien no ve el traje es que es un idiota. Si yo no puedo ver la grandeza de Cuento de Hadas para Dormir Cocodrilos, bueno, tengo como pretexto que solo soy un pobre y perdido cinéfilo que se la pasa haciendo apuntes.

En cuanto a la película, pues hay de todo un poco alrededor de ella. Encontré en la Red quien comparte mi opinión aventándose tremendo análisis cuasi tesina, hay quien se identifica porque aparece un niño autista o hay quien le tunde a Ignacio Ortiz, no por la película, sino por considerarlo cómplice del maldito régimen calderonista (por aquello que iba a realizar o realizó unos spots para la presidencia  sobre unos bonos ciudadanos). Pero miren, si Cuentos de Hadas para Dormir Cocodrilos representó a nuestro cine en festivalotes a nivel internacional y es presentada con mucho orgullo por Juan Arturo Brennan en el Canal 22, pues está bien. Nomás aguas, no la vea tan fijamente. Si le da insomnio es porque la emoción no lo va dejar dormir.







2 comentarios:

  1. Gracias por la referencia.

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  2. me parece que careces de conocimientos de historia y de la región donde se desarrollo la película, sin embargo, lo único que aparentemente no tiene sentido es el título del filme con el guión. éstas historias que se entrelazaron tienen sentido cuando conoces el tema, por lo demás no creo que lo entiendas por que eres citadino y no lees lo suficiente; en contrasentido y en alusión a tu comenterio te parafraseo: soy el único "wey" que comenta tus comentarios.

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